En la industria televisiva norteamericana suele
decirse que los programas son el corazón de la emisora, las
ventas los músculos y el conocimiento de los comportamientos de la
audiencia el sistema nervioso que permite el funcionamiento de todo
el sistema. No parece que pueda dudarse de lo acertado de la
afirmación anterior si se considera que el negocio televisivo supone
en España un cantidad en torno a los 3000 millones de euros al año y
necesita obligatoriamente una manera de conocer las respuestas de
los telespectadores a los estímulos que son los programas.
El conocimiento de los gustos de la audiencia se realiza a
partir de los resultados que proporciona una muestra de espectadores cuya
composición reproduce fielmente las características sociales y demográficas del
conjunto de la población. Las estimaciones de audiencia en todos los países son
realizadas por empresas ajenas al propio servicio televisivo; en España lo hace,
desde primeros de la década de los noventa, la empresa SOFRES Audiencia de
Medios.
Los interesados, fundamentalmente emisoras televisivas, productoras o
centrales y agencias publicitarias, se subscriben y pagan los datos que
necesiten conocer.
El diseño de la muestra para estudiar la audiencia
atiende a variables como la edad, el sexo, el hábitat, la
clase social, el tamaño del hogar y a otras como el número de
niños en el hogar o el número de televisores o vídeos. En España, el
diseño se realiza a partir de la división territorial que establecen las
televisiones autonómicas englobando a las otras comunidades en el epígrafe
‘resto de España’. En total la muestra abarca a 3105 hogares de toda España en
los que viven un total de 10.029 individuos.
En todos esos hogares, que los expertos consideran suficientes para
proporcionar datos muy fiables del comportamiento del conjunto de la audiencia,
se coloca un audímetro. Éste es un aparato que se conecta al televisor y
recoge los cambios de canal y las personas que en cada momento están frente el
televisor. Las informaciones del consumo televisivo diario las almacena en su
memoria y las envía a un ordenador central por vía telefónica en la
madrugada. Con la datos de los 3105 audímetros se preparan los datos generales
que están disponibles a la siguiente mañana.
Por las estimaciones de audiencia conocemos muchos datos como
el rating- audiencia o la cuota-share de una emisora o de un
programa (véase glosario); o que el consumo televisivo no se produce por
igual en los distintos sectores sociodemográfico. Y con informaciones de
este tipo se pueden reconstruir los perfiles de los públicos televisivos en
España.
Sobre la base del consumo medio de 208 minutos diarios por español y
día encontramos que el consumo de televisión aumenta con la edad: las
personas mayores entre 45 a 64 años ven 241 minutos y los que tienen más de 65
años llegan a ver hasta 300 minutos diarios. Sin embargo los niños de 4 a 12
años, los jóvenes de 13 a 24 y los adultos de 25 a 44 años ven mucha menos
televisión, respectivamente 143, 150 y 188 minutos diarios por individuo.
Se puede completar el dibujo del perfil de los televidentes
españoles indicando que las clases bajas y medias bajas ven 234 minutos, las
medias 205 y las altas únicamente 172 minutos diarios. Y desde los sexos: los
hombres 198 minutos y las mujeres 234 minutos.
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